jueves, 16 de junio de 2011

El cambiante periscopio humano

¿Por qué me mira así?, será por mi descuidada indumentaria, -se dijo-. Transcurridos unos instantes, haciendo un vulgar y desganado gesto, le permitió el acceso. Concluidas las gestiones que él había ido a realizar, le acompañaron hasta la salida los más importantes capitostes del establecimiento. Cuando a los pocos días volvió allí, el meticuloso “cancerbero”, deparándole una servil sonrisa, se apresuró a franquearle el paso, sin reparar ahora en su confuso y ordinario aspecto. Entonces, al preguntarle por la ausencia de su escrutadora mirada, él respondió, que el observatorio, había determinado, que en su caso, solamente la utilizara para atisbar oscuros dígitos de extraordinario aspecto.