Ese tic tac que escuchamos hace rato, ahora después del desastre, comprendo que era el aviso. Me equivoco haciéndote caso y así se suceden los percances, Necesariamente todo cambiará, con tu casa inundada y los vecinos acechándote, tendremos que irnos a la mía. Se acabó dejar el cigarrillo encendido encima de la mesilla, los electrodomésticos enchufados y las distintas llaves sin comprobar. Sí, a la fuerza, -dijo él-, ¿pero has dicho a tú casa?, claro, ¿sino. . .?, -contesté-, me habías dicho que ahora la utiliza tú “ex”, -me recordó-, sí, pero a él no le importará, siempre que observes el orden doméstico, -y añadí-, era nuestra única coincidencia.
1 comentario:
Has sabido captar un instante muy inquietante... que inevitablemente abre una puerta a una situación que nos golpea.
Un micro muy bueno, Ramón: enhorabuena -se te echaba de menos por estos espacios virtuales-.
Un abrazo,
Sole.
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