Recuerda a papá que baje la tapa, nunca olvida hacerlo con la del estuche de las partituras y si con la del piano. Consciente de mi maniático comportamiento, excediéndome en corregir a los demás, me abruman cosas así. Desperezándome, esta jornada que se anuncia lluviosa, me programo para afrontarla con la indumentaria adecuada. Encaminándome a mi destino veo a papá en su coche con la ventanilla de su lado bajada. Ya en casa, no pudiéndolo evitar, se lo recrimino, pero él me responde: que porqué yo, utilizando el paraguas llevaba la capucha subida. Proponiendo corregirme, comenzaré no señalando a los demás, lo que deban subir o bajar.
1 comentario:
¡Perfecto!
Nos tendremos que aplicar el cuento, ¿a que sí?
Un abrazo,
S.
Publicar un comentario