martes, 25 de enero de 2011

Microrrelato: NUEVO DESPERTAR

Una semilla en esta tierra desolada, como el germen deseado por un corazón, ansioso de ser fecundado, con sencillos sentimientos. Tristemente no conseguimos que arraigara, el abono de la ilusión fue escaso y, la bruma de la esperanza no se alimentó con los beneficios de la lluvia de la perseverancia. Hoy tras recorrer inciertos itinerarios y, con invisibles pero importantes cicatrices, descanso apoyado en la alforja que vacía de simiente, contiene las frustraciones de una vida. Entonces sintiendo en mí hombro una mano, que a pesar de su ya lejana lozanía, no me cuesta reconocer, escucho una voz nunca olvidada, que sin resentimiento, susurrando me alienta.

1 comentario:

Soledad Sánchez Mulas dijo...

¡Hermosísimo!
¡Qué grato es el tacto de esa mano sobre nuestro hombro!

Siempre es un placer pasar a leerte.

Un abarazo,

S.