domingo, 12 de agosto de 2012

Un recorrido decepcionante

Ese maravilloso viaje que le habían prometido, aun albergando dudas, era lo que le alentaba últimamente para afrontar las monótonas jornadas. Él, hombre siempre dinámico e incansable, prematuramente, sin el demandarlo, se vio encuadrado en las “clases pasivas”. Enseguida, por el encadenamiento de tristes e imprevistas circunstancias, tuvo que aceptar, lo mismo que una marioneta, que los hilos que determinaban su existencia fuesen otros los que los manipularan. Recién iniciado el ansiado viaje, el primer apeadero resultó ser una entidad bancaria, negándose allí a claudicar ante un indigno y humillante peaje, la añorada excursión concluyó encontrándose aparcado en un tétrico edificio a las afueras de la ciudad.

2 comentarios:

Laura Rivas Arranz dijo...

muy bueno. Por cierto me gusta mucho como encajan las fotografías que posteas con el contenido de los relatos.

Saludos!

Unknown dijo...

Gracias Laura una vez más. La verdad es que la imagen puede ayudar a comprender el relato, aunque no siempre se acierta. Saludos.