jueves, 14 de junio de 2012

Que fácil

EL GRAN FORGES SIEMPRE INTELIGENTE Y AGUDO.
Se dibuja una sonrisa mellada en su rostro adusto, mirándonos espera que la comprendamos. Su despectiva actuación burocrática con el anciano que acaba de “atender”, le habrá dejado satisfecha, pero a los que nos hemos visto obligados a presenciarla nos ha indignado. Ahora, con su hipócrita aureola de asequibilidad y condescendencia, me apremia a que resuma y concluya mi solicitud. Sin previa consideración, con su rayada sonrisa y la consiguiente negativa, me despide, -si es que no demando más. . .-, apostilla irónicamente. No conteniéndome, respondo: sí, sirva con auténtica deferencia, cumplirá con su deber, mejorará su conciencia, y logrará un aspecto más atractivo y risueño.

1 comentario:

Laura Rivas Arranz dijo...

Como la vida misma. Anda que cuando voy de papeleos no he tropezado yo con funcionarios y funcionarias prepotentes, gente que disfruta sintiendo que tiene poder sobre los demás y que tratan fatal con la excusa de cualquier error o de que te falte documentación. Estoy pensando ahora en un día en la tesorería de la seguridad social y otro día en..., bueno lo dejo ya, jeje, Enhorabuena por el relato.